Jengibre fresco (250 grs).

Azúcar (400 grs).

Agua mineral (1/2 litro).

Azúcar para rebozar (80 grs).

Sal (una pizca).

• Preparamos nuestro jengibre confitado (podemos hacer más para otras elaboraciones). Nos iniciamos pelando nuestra raíz y cortándola en rodajas muy finas o cuadraditos. Ponemos una olla al fuego con agua suficiente para cubrir el jengibre. Llevamos a ebullición. Mantenemos la cocción durante 10 minutos a fuego medio. Escurrimos en un colador y realizamos la misma operación, una vez más.
• En otra olla, incluimos el medio litro de agua indicado en la receta y los 400 gramos de azúcar. Aportamos la pizca de sal y el jengibre escurrido y cocinamos hasta que el agua llegue a 106ºC o media hora a fuego medio-bajo. escurrimos el jengibre confitado en un plato donde tengamos azúcar blanquilla, sacudimos el exceso y dejamos secar en una bandeja con papel de horno, durante 8 horas.

Nota del Editor: Podéis emplear vuestro jengibre confitado en muchos postres. Probadlo como caramelo o acompañando chocolate negro o añadirlo a bizcochos o helados. En tarro hermético se conserva unos 4 meses a temperatura ambiente. El almíbar sobrante reservarlo para vuestras infusiones.