Verduras.

BRÓCOLI:
La ciencia nunca ha estado más de acuerdo respecto a las propiedades antitumorales de esta planta de la familia de las crucíferas, que usted tiene a su alcance en cualquier frutería: el brécol (o brócoli).
Se encuentra en el punto de mira de la investigación científica por contener una combinación de sustancias con una asombrosa cualidad, ya que es capaz de neutralizar las sustancias cancerígenas. Esto significa evitar y frenar el cáncer.
No se trata de un canto de sirena más ni de otra promesa irrealizable en el ámbito de esta terrible enfermedad. Esta afirmación está avalada por los estudios científicos más rigurosos y punteros, que no dejan lugar a la duda.
Hoy quiero hablarle del sulforafano, una increíble sustancia presente en el brécol que tiene la capacidad de prevenir y frenar eficazmente esta enfermedad.
Le aseguro que es tan beneficiosa que incluso se planteará tomar esta verdura a diario. Aunque si lo prefiere, también puede tomarla en forma de complemento nutricional.
Así actúa para mantener alejado al cáncer. El brécol, una obra maestra de la naturaleza. Verduras como la col rizada, la coliflor, las coles de Bruselas o el brécol pertenecen a la familia de las crucíferas.
Las células de esta familia contienen en su citoplasma unas sustancias denominadas glucosinolatos. Y aunque todas las crucíferas contienen estos importantes compuestos azufrados, ¿se imagina cuál de ellas es la que mayor concentración presenta? Efectivamente, se trata del brécol.
Otra de las características más destacadas de la familia de las crucíferas, y en particular del brécol, es la capacidad de “activar” los genes que producen las enzimas necesarias para optimizar la función celular.
El sulforafano también es un potente modulador de los sistemas enzimáticos que metabolizan los xenobióticos, que pueden desembocar en una lesión celular, daño inmunológico o cáncer.
Este mecanismo puede justificar la relación que la ciencia ha establecido entre el consumo de brócoli y la reducción del riesgo de cáncer, ya que el sulforafano no sólo reduce las toxinas que activan la progresión de las células cancerígenas en fase II, sino también en la fase I, al inhibir que sustancias potencialmente procancerígenas se transformen finalmente en cancerígenas.
Todos los estudios demuestran la interacción real de esta sustancia en el origen y la progresión del cáncer en el organismo. A la vista de los resultados, creo sinceramente que todo médico debería “recetar” brécol a sus pacientes con carácter preventivo.
Y no acaban ahí las virtudes terapéuticas de esta extraordinaria verdura. No sólo es eficaz contra el cáncer. El sulforafano es una caja de sorpresas. Además de estos esperanzadores efectos antitumorales documentados, diversos estudios han constatado su capacidad para inhibir el crecimiento del patógeno bacteriano Helicobacter pylori.
Esta bacteria, que se instala en las paredes gástricas, es extremadamente resistente a los antibióticos y difícil de eliminar. La Helicobacter pylori provoca una inflamación de las mucosas gástricas que puede derivar en úlceras pépticas e incluso en linfoma o cáncer gástrico.
Además, no podemos olvidar que las frutas y verduras son alimentos ricos en sustancias con capacidad antioxidante. Y el brécol también destaca en esta faceta de contrarrestar la acción de los radicales libres.
De hecho es un excelente antioxidante natural, ya que gran parte de los radicales libres están activados por el sistema enzimático fase-I que, como hemos visto, algunas sustancias presentes en la familia de las crucíferas tienen la capacidad de inhibir.
Sólo hay dos problemas:
Problema 1.- La mejor forma de aprovechar el sulforafano y las otras sustancias beneficiosas presentes en el brécol es tomándolo crudo o con una ligera cocción al vapor. Si se excede en el tiempo de cocinado o se alcanzan temperaturas excesivas, la enzima mirosinasa se inactiva y en consecuencia se detiene la formación de sulforafano.
Esta es la razón por la que los aportes de sulforafano pueden ser insuficientes, a pesar de que usted consuma regularmente brécol y otras crucíferas.
Problema 2.- Para obtener la cantidad de sulforafano necesaria para prevenir el cáncer, usted tendría que consumir brécol crudo o cocinado al vapor en cantidades considerables y con frecuencia. Si le encanta el brécol, no le parecerá un inconveniente, pero estará conmigo en que hasta de lo bueno se llega uno a cansar…
Estos dos motivos justifican el complemento nutricional. Ponga un complemento de brécol en su dieta. Sin duda, la forma más fácil y práctica de obtener todos los beneficios del sulforafano (sin que sea necesario atiborrarse a brécol cada día) es a través de un complemento nutricional.
Tan sólo deberán abstenerse de tomarlo las personas con patologías de tiroides, ya que los componentes del brócoli están desaconsejados al inhibir parcialmente la absorción del mineral yodo por parte de esta glándula.
Los beneficios que el brécol ofrece a su salud son demasiado buenos como para no aprovecharlos.
(c) Felipe M. Miller. Salud, Nutrición y Bienestar.
HONGO REISHI:
Tenemos que hablar de una seta. En concreto de un hongo comestible perteneciente al género Ganoderma que tiene la capacidad de hacerle vivir un mejor futuro desde hoy mismo. Y no le estoy hablando de una juventud eterna ni de un milagro antienvejecimiento. Simplemente… ¿se imagina poder disfrutar de una vida plena a cualquier edad?
Pues el hongo Reishi u hongo Lingzhi (Ganoderma Lucidum) se la puede proporcionar.
Puede que le parezcan palabras mayores, pero en cualquier caso, no son mías:
Lo dice la tradición, sobre todo la medicina tradicional china, que viene utilizando este hongo con fines terapéuticos desde hace más de 2.000 años. Si quiere más datos, le diré que el término chino lingzhi está asociado a la inmortalidad y que los países orientales donde se consume están a la cabeza del ranking de mayor longevidad. ¿Casualidad? Lo dice la ciencia, que sitúa al reishi como una eminencia en el mundo de los hongos por sus increíbles propiedades inmunoestimulantes y antioxidantes. Así lo acredita el elevado número de estudios clínicos de los que ha sido objeto, muy superior a los llevados a cabo con otras setas y hongos, y que señalan su capacidad para aumentar la calidad y la duración de la vida.
A la luz de estas investigaciones, cuesta creer que el hongo reishi haya sido olvidado durante tanto tiempo por la farmacología occidental. La seta de la inmortalidad, a pesar de que así describe el taoísmo al hongo reishi, la posibilidad de vivir eternamente sigue perteneciendo a la utopía. Pero la promesa de vivir más y mejor, no.
La explicación está en su capacidad para estimular los sistemas inmunitario y antioxidante. El reishi ayuda a las células del organismo a combatir el exceso de radicales libres, responsables del envejecimiento, producidos por factores externos tan comunes como el estrés, la contaminación, la mala alimentación, el tabaquismo activo y pasivo o la radiación solar. Como puede imaginarse, al minimizar los efectos de estas agresiones, la esperanza y la calidad de vida tienden a aumentar.
Además, este hongo, rico en proteínas vegetales, vitaminas y minerales, es considerado un alimento adaptógeno, es decir, que ayuda al organismo a sobrellevar situaciones de estrés tanto físico como mental.
El reishi también destaca por su acción antiinflamatoria, la mejora de la dislipemia (presencia excesiva de colesterol total y triglicéridos en sangre) y su papel protector de órganos vitales como el riñón o el hígado.
Y cabe resaltar también sus propiedades cardioprotectoras, como inhibidor de la enzima que convierte la angiotensina, relacionada con la hipertensión arterial.
Todo este cóctel de efectos saludables está asociado a su composición nutricional y se atribuye a su riqueza en polisacáridos, en particular a dos de ellos: los betaglucanos y los triterpenos.
La profusión y profundidad de las investigaciones científicas en torno al reishi permiten concluir que el consumo diario de este hongo le ayudará de forma inmediata a:
Fortalecer su sistema inmunitario.
Prevenir el daño oxidativo.
Beneficiarse de su acción antialérgica.
Prevenir los problemas cardiovasculares.
A la vista de todos los efectos saludables del reishi, queda clara su capacidad de añadir más vida al organismo. Y llegados a este punto no puedo dejar pasar la oportunidad de comentar sus alentadores estudios preliminares como potencial anticancerígeno.
La seta que frena al cáncer. Si le dijese que el Ganoderma lucidum es el tratamiento de primera línea contra el cáncer estaría faltando a la verdad.
Pero lo cierto es que diferentes investigaciones científicas están revisando sus efectos antiproliferativos de células cancerosas y quimiopreventivos, ayudando a aliviar las náuseas inducidas por la quimioterapia y la mejora de la eficacia en la aplicación de radioterapia.
Y también existen ejemplos más concretos en la evidencia científica que nos llenan de esperanza en la lucha contra determinados tipos de cáncer.
Un estudio realizado con extracto de reishi parece reprimir el desarrollo de adenomas colorrectales.
Otro estudio apunta a la remisión del carcinoma hepatocelular. Y más recientemente se ha estudiado cómo los bioconstituyentes del reishi regulan la apoptosis y la autofagia en el cáncer de pulmón, haciendo que las células se autodestruyan.
En definitiva, el hongo reishi aumenta la respuesta inmunitaria en pacientes con cáncer y mejora la respuesta frente a algunos tumores.
Además, los estudios demuestran que generalmente es bien tolerado por los pacientes, lo que lo convierte en un complemento perfecto a los tratamientos convencionales.
En cualquier caso, sus propiedades para luchar contra el mayor responsable de la mortalidad en la actualidad deja muy clara la vocación del reishi para vivir más años y vivirlos mejor.
Desgraciadamente, conseguir este hongo no es tan fácil como salir al campo a coger setas. El reishi no se encuentra en estado salvaje en España, por lo que deberá dirigirse a su herbolario o consumirlo en forma de extracto en complemento.
Tan sólo está contraindicado en caso de embarazo y lactancia. Y recuerde
que si está tomando alguna medicación o sufre un problema grave de salud deberá consultarlo con su médico.
(c) Felipe M. Miller. Salud, Nutrición y Bienestar.
CHAMPIÑONES CONTRA EL CÁNCER DE HÍGADO:
Investigadores de la Universidad de Texas A&M (EEUU) acaban de publicar un estudio en el que aseguran que tomar alimentos que contengan un compuesto llamado espermidina ayudará a protegerse del riesgo de desarrollar un cáncer de hígado. Entre los alimentos que más contienen este compuesto destacan el maíz, el queso curado o los champiñones.
Para confirmar las propiedades anticancerígenas de la espermidina los investigadores dieron a un grupo de ratones suplementos orales que contenían esta sustancia y comprobaron que sus probabilidades de desarrollar cáncer de hígado se reducían drásticamente en comparación con los que no los habían tomado.
La prueba se realizó en concreto con ratones que estaban predispuestos a desarrollar fibrosis hepática y carcinoma hepatocelular, dos de las principales formas que pueden conducir a un cáncer de hígado. Tras la ingesta de los complementos no sólo su predisposición se redujo en un 20%, sino que además permitió que su esperanza de vida aumentara hasta en un 25%.
Aunque todavía falta probar estos resultados en personas, lo que de momento está claro es que, como modo preventivo, los alimentos que contienen espermidina no deben faltar en su lista de la compra.
(c) De la Revista Salud, Nutrición y Bienestar.
LA CALABAZA:
Un ingrediente indispensable en su cocina. La calabaza contiene pocas calorías e hidratos de carbono y entre sus minerales y vitaminas destacan el ácido fólico, el potasio, el calcio, el magnesio, el hierro o el zinc, indispensables para mantener una buena salud, a los que se añade un alto contenido en betacarotenos que le dan ese característico tono anaranjado.
Esta completa mezcla de nutrientes convierte la calabaza en el ingrediente estrella para tratar diferentes dolencias y afecciones. Por ejemplo, ayuda a prevenir la hipertensión y regula el nivel de glucosa en sangre, beneficiosa para prevenir la diabetes.
Además, su alto contenido en vitamina A mejora la salud ocular y tiene efecto antiinflamatorio. Y por si eso no fuera suficiente, al ser rica en fibra ralentiza la digestión, lo que permite mantener a raya el hambre y no ganar kilos de más.
Pero además de contar con todas estas propiedades, lo bueno de la calabaza es que se aprovecha todo de ella, incluidas las semillas. De hecho, precisamente las semillas contienen la mayor cantidad de magnesio y zinc, además de ácidos grasos omega 3. En resumen, se trata de una de las verduras más saludables, que además es un ingrediente comodín para la cocina, ya que se puede tomar de
muchas maneras: en cremas, ensaladas y postres, entre otras.
(c) De la Revista Salud, Nutrición y Bienestar.
LA ZANAHORIA:
Quizá no lo sabía, pero la zanahoria naranja y de forma alargada que rallamos, incluimos en nuestras sopas y guisos y damos a nuestros bebés en puré, ¡no apareció hasta después de la invención de la máquina de vapor! Pues sí; lo cierto es que, al menos en la forma en que nosotros la conocemos, sólo se popularizó después de 1830.
Antes de eso la palabra zanahoria ya existía, pero era un término genérico que designaba todo tipo de raíces de plantas pertenecientes a la familia de las umbelíferas -hoy también conocidas como apiales-, entre ellas la reina de los prados, el tóxico perejil gigante, el hinojo o el apio.
Esas raíces eran muy utilizadas por los griegos por sus virtudes medicinales, aunque por supuesto no las usaban para preparar guarniciones de ningún tipo.
De hecho, tienen escaso sabor y su núcleo es leñoso -casi como madera-. Por lo tanto, no parece nada con lo que disfrutar llevándose a la boca, salvo que se comiesen en períodos de hambruna, cuando no quedaba otra.
Entonces, ¿de dónde salió la zanahoria naranja? A fuerza de seleccionar, los agricultores lograron diferenciar dos tipos de zanahorias: las blancas y las violetas, estas
últimas especialmente extendidas por Europa durante la Edad Media. Estas zanahorias violetas eran ricas en antocianina, un pigmento antioxidante que hoy podemos encontrar
especialmente en los arándanos. La verdad es que no se sabe cómo aparecieron, en torno al S.XVII, las zanahorias de color naranja, llenas de carotenoides. Pero lo que sí se sabe es que existían, porque pueden verse en algunos bodegones flamencos de la época:
Sin embargo, de acuerdo con el especialista Bernard Bertrand, no fue hasta 1830 cuando los criadores fueron capaces de obtener las zanahorias de color naranja y de forma cónica, tal y como las conocemos hoy en día.
¿Por qué los salmones son anaranjados? Los carotenoides son pigmentos de color naranja que toman su nombre de la zanahoria.
Sin embargo, también se encuentran en otras plantas, y en particular en el plancton marino del que se nutren los crustáceos. Al comer el plancton, los niveles de carotenoides aumentan también en estos últimos, pero no manifiestan su color anaranjado porque permanecen ligados a otras sustancias mientras los crustáceos están vivos. Sin embargo, el color sí se revela cuando los cocinamos (camarones, langostas…).
Un paso más allá en la cadena trófica (y por tanto en la acumulación de sustancias), los salmones son una de las especies de peces que más crustáceos consume. Esa es la razón de que su carne tenga un color anaranjado tan vivo; está cargada de los carotenoides que se encontraban en los crustáceos que a su vez se habían alimentado de plancton, que ya de por sí es muy rico en ellos.
Con nosotros sucede exactamente lo mismo: podríamos terminar de color naranja si comiésemos demasiadas zanahorias. Pero ¡ojo! Aunque para los salmones esa “sobredosis” no resulte tóxica, para nosotros sí lo es.
He dicho más arriba que la zanahoria silvestre no tiene un sabor demasiado bueno, pero lo cierto es que hay una excepción. Si usted tiene el cuidado de recogerlas en otoño, antes de que la planta suelte sus semillas, podrá disfrutar de una raíz tierna y dulce al mismo tiempo.
Bernard Bertrand asegura que algunas “tienen sabor a regaliz y son aún más dulces que las zanahorias cultivadas”.
Una hortaliza rica en nutrientes que curaba las aftas. Beber una decocción de hojas de zanahoria (un puñado por cada dos vasos de agua﴿ es un remedio tradicional para curar las aftas (pequeñas úlceras o llagas que aparecen generalmente en la mucosa bucal.
Las zanahorias son muy ricas en betacaroteno (provitamina A). Sólo con 25 g diarios se cubre más de la mitad de las necesidades diarias de esta vitamina. Por otro lado, su contenido en vitamina C es medio, con 7 mg cada 100 g. Y además contiene todas las vitaminas del grupo B a excepción de la B12 (presente únicamente en productos de origen animal).
Los minerales que aporta también son numerosos, en particular calcio, magnesio, potasio y hierro. Y, asimismo, es importante su contenido en fibras alimentarias, que se reparte casi a partes iguales entre fibras hidrosolubles (1.742 mg cada 100 g﴿ y no hidrosolubles (1.889 mg cada 100 g).
¿Hortaliza o fruta?
De acuerdo con los textos reglamentarios de la Unión Europea, la zanahoria está clasificada como una hortaliza. No obstante, debido a un reglamento que precisa que sólo las frutas pueden servir de base para la confección de mermeladas, a la zanahoria se le ha dado el estatuto de fruta y no de hortaliza para esta utilización. De ese modo se protege la mermelada de zanahoria, una especialidad local portuguesa.
PD. Advertencia importante a la hora de cosechar o manipular plantas umbelíferas:
Las orugas que viven en las plantas de la zanahoria y otras umbelíferas concentran en su cuerpo moléculas fotosensibilizantes, es decir, que generan reacciones adversas al contacto con la luz.
Estas moléculas no afectan a las orugas, pero sí a los pájaros que las comen, que terminan sufriendo una extrema sensibilidad a la luz que les provoca horribles quemaduras solares.
El perejil gigante (Heracleum mantegazzianum), del que ya hemos dicho que es una planta umbelífera altamente tóxica, llegó hace no demasiado tiempo a nuestro país, pero está considerada una especie invasora.
Su savia contiene un fluido acuoso e incoloro que no produce dolor al entrar en contacto con la piel, pero resulta extremadamente peligroso si contiene las moléculas fotosensibilizantes de las que hablamos. Provoca graves quemaduras y dolorosas ampollas una vez la piel se expone a la luz, e incluso a veces deja cicatrices.
Además, se trata de una planta común en los jardines porque es muy decorativa. Cada año se producen cientos de accidentes de este tipo. ¡Tome sus precauciones y evite tocar el perejil gigante sin guantes o alguna otra protección!
En caso de contacto con la piel, debe eliminar la savia lo antes posible, teniendo cuidado de no extenderla y ampliar con ello la zona afectada. Para ello, reitre la savia de la piel con una toalla de papel y sin frotar. Luego lave la zona con jabón y enjuáguela con agua. Evite exponer el área afectada a la luz durante al menos 48 horas y acuda al médico lo antes posible.
(c) Luis Miguel Oliveiras. Tener Salud.
GINSENG:
Hoy quiero hablarle de una planta. Se trata de una de las plantas míticas en la historia de la medicina y hoy en día es la planta medicinal más utilizada del mundo.
Debe saber que no es ginseng todo lo que se dice que lo es. El ginseng es uno de los productos naturales en los que se producen más fraudes y timos. Así que lo que hoy voy a contarle es muy importante si quiere conocer si en su caso puede ser interesante el ginseng y cómo tomarlo y durante cuánto tiempo; pero también como evitar que le timen si se decide a tomarlo.
Vamos a viajar hasta China, remontándonos muchos, muchísimos años atrás.
En esa época, en los parajes más recónditos y misteriosos de algunos fríos bosques de montaña, se descubrió el ginseng, una planta rarísima que necesita entre cinco y siete años para crecer.
Sus propiedades frente al cansancio y el agotamiento eran innegables y, con los años, su fama fue creciendo. Así, su recolección representaba una fuente de riqueza fabulosa para los privilegiados que sabían dónde encontrarla, hasta que el emperador de China y su corte decidieron apoderarse de ella y pusieron fin a su comercio, hasta el punto de que todo aquel que infringía la ley era sometido a unos castigos atroces. De este modo, esta planta milagrosa permaneció en el olvido durante siglos, y sólo se utilizaba para asegurar la increíble longevidad de las dinastías chinas.
El secreto permaneció oculto durante milenios, convertido casi en una leyenda secreta. Fue entonces cuando el sabio emperador Sheng Nong, padre de la medicina y de la agricultura, escribió todo un tratado dedicado a las propiedades medicinales de más de 300 remedios naturales. El valioso texto original escrito por el emperador se perdió, pero hasta nosotros ha llegado una versión posterior, el Shennong Bencao Jing, considerado el primer tratado de fitoterapia china, en el que ya se hablaba de las increíbles propiedades del ginseng, de sabor “dulce y ligeramente amargo”. El sabio aseguraba que el ginseng reforzaba las cinco vísceras, apaciguaba el espíritu, abría el corazón, combatía las malas energías y alargaba la vida.
Hacia el año 1000 a. C., unos marinos moriscos decidieron llevar a Europa esta planta fabulosa. Pero la decepción fue inmensa, ya que los médicos europeos tan sólo obtuvieron unos resultados modestos. Y así llegamos hasta nuestros días.
Tres mil años más tarde, es decir, en pleno siglo XX, los científicos descubrieron la razón de este fracaso: solamente las plantas que verdaderamente “se parecen a un ser humano, con su cabeza, el cuerpo, las manos y las piernas” son
eficaces, explica la Dr. Ma Fan, especialista de Lyon que da clases en la Escuela de Medicina China de Lausana. Y es que los principios activos están dispersos, no se encuentran con la misma concentración en cada raíz y varían en función del lugar, la naturaleza del suelo y otras condiciones ambientales.
Y gracias a los avances científicos recientes esta planta se encuentra finalmente en Occidente bajo una forma muy eficaz que la gran mayoría conoce bajo el nombre de ginseng.
Cansancio, estrés, agotamiento…El ginseng es un estimulante del sistema nervioso, físico e intelectual que aumenta la resistencia física y acelera la convalecencia. Actúa en lo más profundo del organismo y es apreciado por su carácter “adaptógeno”, es decir, que permite al organismo adaptarse más rápido a cualquier forma de estrés -físico, nervioso o intelectual-. Su uso es muy valorado por:
Tonificar el organismo de las personas cansadas o debilitadas (tras un esfuerzo, por la edad, por sufrir alguna enfermedad o tras un accidente).
Restablecer la capacidad de trabajo físico y concentración intelectual después de un arduo esfuerzo o un periodo de agotamiento.
Acelerar la convalecencia.
Luchar contra la astenia funcional (fatiga).
Soportar el estrés crónico.
Estimular el sistema inmunitario y la libido.
¡Sus propiedades han sido incluso aprobadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS)!
Encontramos en esta planta varios componentes bioactivos. Sus múltiples efectos beneficiosos se han puesto de relieve desde el plano experimental, en especial los efectos antiinflamatorios y antioxidantes.
Considerando las exigencias físicas e intelectuales y el estrés del modo de vida moderno, no sorprende que el consumo de ginseng conozca en la actualidad una verdadera explosión.
Cada vez se utiliza más como estimulante para las personas mayores y los convalecientes, pero también lo toman los directivos y trabajadores estresados o agotados, así como los estudiantes en época de exámenes y, por supuesto, los deportistas.
Como le decía, la OMS reconoce como “clínicamente establecido” el uso del ginseng para “mejorar las capacidades físicas y mentales en estados de cansancio, agotamiento, problemas de concentración y en las personas convalecientes”. Considera como “tradicional” su uso en el tratamiento «de los trastornos de la erección, las úlceras
gástricas, la diabetes de tipo 2 y para proteger el hígado”.
Según el Prof. Kurt Hostettmann, director del Instituto de Farmacognosia de la Universidad de Lausana, especializado en el estudio de las plantas medicinales:
“La indicación principal del ginseng es la resistencia al cansancio y al estrés. Esta indicación la han confirmado diferentes pruebas farmacológicas efectuadas en animales, pero también lo han hecho ensayos clínicos en el ser humano”.
Hostettmann también destaca su uso en geriatría (es decir, la medicina de las personas mayores), por su gran papel vitalizante.
Para la Dra. Ma Fan, “se utiliza tanto en las personas mayores que necesitan tonificarse como en las personas que han vencido una enfermedad importante: una operación, una enfermedad crónica, etc.”. Se receta también a las personas sometidas a quimioterapia o radioterapia: en ese caso, va a ayudar a las defensas del cuerpo. Y de hecho, numerosos estudios han demostrado que las personas que toman ginseng tienen un riesgo claramente menor de contraer una infección respiratoria o un resfriado.
El fraude existe desde la China antigua. Teniendo en cuenta su interés médico excepcional, la raíz de ginseng por desgracia es objeto de timos; algo que ocurría ya en la China antigua.
Incluso hoy en día es un producto que se vende con unas calidades muy variables, que afectan desde la cadena de producción hasta el mercado de reventa.
Si va a adquirir ginseng, procure escoger un producto fabricado conforme a las monografías “Asian Ginseng” de la farmacopea estadounidense o “Ginseng” según la farmacopea europea, que han definido las características exactas de las raíces.
A continuación, el siguiente criterio más importante es escoger “Panax ginseng” (existen otras numerosas formas botánicas de ginseng, pero es ésta la que se deberá asegurar de adquirir﴿ con un contenido garantizado de ginsenósidos, el principal ingrediente bioactivo.
Y, por supuesto, asegúrese de cuál es el contenido en ginsenósidos, pues condicionará la eficacia del producto que adquiera.
Otro punto muy importante es entender cuál es la diferencia entre el ginseng rojo y el ginseng blanco. Debe saber que no existe ningún ginseng que en la naturaleza sea de color rojo (¡preste atención también a esto porque a veces le querrán cobrar más sólo porque sea rojo!).
El color rojo surge al calentar el ginseng blanco según un procedimiento tradicional durante entre dos y tres horas mediante vapor de agua a 100 °C. Este tratamiento es el que le confiere su color amarronado‐rojizo, al que debe su nombre el ginseng rojo. Esta aplicación de calor estimula la aparición de mayor cantidad de componentes de la planta, como las saponinas y los ginsenósidos, por lo que se considera de mayor calidad y actividad terapéutica.
Por desgracia, algunos fabricantes añaden azúcar durante la cocción para atenuar el sabor amargo del ginseng, que es algo que hay que evitar. Cuando el proceso se ha hecho adecuadamente, el ginseng rojo conserva todas las propiedades naturales del ginseng y no lleva ningún aditivo.
¡Ojo! El ginseng es un producto que acelera el metabolismo, lo que quiere decir que, una vez lo toma, todo se pone a funcionar más rápido: los músculos, las neuronas… ¡todo! Ésa es la razón por la que notará un “subidón” de energía cada vez que tome ginseng y tendrá ganas de hacerlo todo más rápido y con más vigor. Se activa un estado de alerta y algunas personas tienen la impresión de volver a tener 20 años.
Por eso lo recomendable es tomar ginseng por la mañana, debido a ese efecto estimulante. Si lo va a tomar de forma puntual, no se necesita tomar ninguna precaución especial. Pero si en su caso se plantea aumentar la energía a largo plazo, y piensa tomarlo de forma continuada, entonces su organismo tendrá necesidades más elevadas de minerales, vitaminas y otros nutrientes, necesarios para su actividad mental y física más intensa. Si es su caso, le recomiendo que consuma más alimentos ricos en nutrientes esenciales (verdura y fruta fresca de colores vivos, frutos secos y oleaginosas de todo tipo, pescado graso…), así como aumentar la dosis habitual de multivitaminas.
El ginseng se presenta bajo numerosas formas, incluida la fresca. Sin embargo, es muy difícil conocer su contenido real de elementos activos.
Por eso, es necesario adquirirlo en forma de complemento natural, en extracto vegetal estandarizado, purificado y con un contenido en ginsenósidos garantizado.
Si usted se encuentra embarazada o en periodo de lactancia, aunque se encuentre especialmente agotada, no debe tomar ginseng, pues no está recomendado en esas situaciones, al igual que tampoco lo está en los niños.
Escoger un buen ginseng no es sencillo. Con los consejos que le he dado sin duda podrá encontrar ginseng de calidad, ¡sin dejarse dar gato por liebre! Pero si quiere ir a tiro fijo, le aconsejo el Ginseng ecológico de Anastore, que reúne todos los requisitos de los que le he hablado y alguno más.
El ginseng siempre fue un producto caro. Se cree que la antigua Unión Soviética comenzó a cultivarlo para dárselo a sus atletas y mejorar así su rendimiento deportivo abaratando los costes de tener que importarlo (por eso la mayoría de los estudios científicos con ginseng siberiano se han realizado en Rusia). Además, los astronautas soviéticos consumían raíz de eleuterococo para aumentar su fuerza y resistencia, así como para contrarrestar los efectos de la ausencia de gravedad.
Deportistas de élite, astronautas… son el ejemplo más claro de las propiedades del ginseng siberiano para mejorar el rendimiento y el estado general de salud en situaciones de estrés, llevando al organismo hacia el equilibrio, disminuyendo la fatiga y fortaleciendo al tiempo el sistema inmune, que se ve tan afectado por el estrés, mejorando el rendimiento mental y físico.
(c)Felipe M. Miller. Tener Salud
FRUTOS SECOS:
Cuando yo era pequeño, las nueces eran simplemente nueces. Hoy día, con las nueces de Brasil, las de macadamia, los anacardos (también conocidos como “nueces de la India”), las nueces pecanas o americanas… casi es obligado decir “nueces, nueces” para dejar claro que hablamos de las nueces comunes, las de toda la vida.
Las nueces, fruto del nogal, tienen una cáscara marrón, redonda y dividida en dos partes. Esta cáscara es dura y rígida, y contiene en su interior un fruto compuesto por dos mitades que hace recordar al cerebro humano.
Las nueces de calidad, cargadas de propiedades beneficiosas para la salud y con un exquisito sabor, son, como suele ocurrir, las menos comunes. No obstante, España cuenta con nueces de excelente calidad, algunas de ellas incluso con distintivo.
Hoy vamos a comparar las espectaculares virtudes de las nueces con las de otros frutos secos, incluyendo a los mencionados más arriba pero también las almendras, las avellanas y los pistachos, entre otros.
¿Dispuesto a conocer toda la verdad sobre los frutos secos? ¡Allá vamos!
¿Cuál es el mejor fruto seco?
El mejor fruto seco es la nuez; ¡sus efectos sobre la salud son incontables!
Las nueces están repletas de antioxidantes, contienen multitud de vitaminas (salvo la B12), son muy ricas en magnesio, manganeso y zinc y, sobre todo, poseen una cantidad impresionante de ácidos grasos omega 3. Además, son pobres en carbohidratos pero ricas en proteínas y también contienen mucha fibra.
Por todo ello no sorprende que se recomienden contra las enfermedades cardiovasculares: comer 4 nueces al día aumenta la tasa en sangre de ácido alfa linolénico (un omega 3) que disminuye el riesgo de muerte cardíaca en un 50%.
Pero es que comer nueces reduciría también entre un 30 y un 40% el riesgo de padecer cáncer de próstata y un 50% en el caso del de mama (resultados comprobados en animales; todavía no en personas).
Otra de sus ventajas es que, además de ser deliciosas, las nueces van bien con cualquier cosa: con chocolate, miel o queso; en una ensalada; sobre una tarta o incluso molidas dentro de un pastel.
Un consejo: trate en la medida de lo posible de comer la nuez con piel. Ésta puede ser amarga, sobre todo en el caso de las nueces frescas, pero contiene el 90% de los antioxidantes.
Desconfíe de las nueces que se venden ya peladas y en pequeños paquetes: con frecuencia están rancias, lo que quiere decir que las grasas poliinsaturadas omega 3 no sólo han perdido sus beneficios para la salud, sino que incluso han desarrollado compuestos tóxicos.
El fruto de la nuez debería ser conservado al vacío, en la nevera o incluso en el congelador. De otro modo, no aguanta más de 7 días.
Pero además comer nueces ayuda a la fertilidad masculina, ya que mejora la calidad del esperma (la movilidad y la morfología de los espermatozoides) y además contribuye al desarrollo de las células reproductoras masculinas.
Estas son las conclusiones obtenidas de un estudio que asegura que ingerir 75 gramos (unas 18 nueces) al día reduce la peroxidación lipídica, un daño que tiene lugar a nivel celular en la membrana plasmática de los espermatozoides, y que se compone esencialmente de ácidos grasos poliinsaturados; un tipo de ácido que contienen, y en grandes cantidades, las nueces. El peor de los frutos secos: el cacahuete. Parece el patito feo de la familia de los frutos secos, pero la realidad es mucho peor: la verdad es que el cacahuete… ¡es un impostor! Y es que el cacahuete no es un fruto seco, sino una legumbre que crece bajo tierra y pertenece a la misma familia que los guisantes y los garbanzos, entre otros.
Los cacahuetes son extremadamente calóricos y tampoco tienen ningún interés en el plano nutritivo: son sobre todo ricos en ácidos grasos omega 6, que ya se encuentran en exceso en la alimentación occidental y favorecen la inflamación.
Además, casi siempre se sirven fritos o tostados, salados y recubiertos de alguna grasa o incluso de caramelo. En cualquier caso, son terroríficos para mantener la línea, ¡y sin que comerlos contribuya a prevenir ninguna enfermedad!
Su ventaja es que son baratos y permiten hacer frente a la escasez de alimentos y las hambrunas. De hecho, durante la Gran Depresión el gobierno de Estados Unidos distribuía sándwiches de mantequilla de cacahuete en las escuelas para combatir la desnutrición, pues es muy rica en proteínas y grasas. Esta pasta fue inventada a finales del siglo XIX para utilizarla en hospitales, de ahí que no necesite ser masticada.
Aunque adoro nuestras nueces de toda la vida, debo reconocer que las recién llegadas nueces pecanas y de macadamia también me encantan.
Su sabor es un poco más pronunciado y son especialmente ricas en grasas de buena calidad y pobres en carbohidratos.
El principal ácido graso en las nueces de macadamia es el ácido oleico monoinsaturado (60%), como en las aceitunas. Por lo tanto, también se puede comer un puñado de ellas cada día sin ningún temor.
Almendras: otra muy buena elección
Las almendras también son excelentes para la salud. Son muy ricas en ácidos grasos monoinsaturados y en vitamina E, así como en magnesio, potasio, selenio y manganeso. Además, son también una muy buena fuente de fibras y de proteínas vegetales.
Como en el caso de las nueces, la parte más rica en antioxidantes de la almendra es la piel, que contiene fenoles, flavonoides y ácidos fenólicos.
Un puñado de almendras aporta tantos polifenoles como una ración de brécol al vapor. Pero, eso sí, hay que comprar siempre almendras enteras y no blanqueadas.
Otros frutos secos como la nuez de Brasil es conocida por ser el alimento con mayor contenido en selenio de todo el mundo, un oligoelemento con virtudes en la prevención del cáncer de próstata. Pero es que este fruto también contiene beta-sitosterol, un compuesto esteroideo que podría tratar la hiperplasia benigna de próstata (HBP).
En el plano culinario, la nuez de Brasil tiene un ligero sabor a la nuez de coco y es agradable y crujiente (aunque personalmente yo la encuentro un poco seca, mientras que a otras personas, por el contrario, les resulta grasienta).
Por su parte, el anacardo o cajú (también conocido como “nuez de la India”) se ha convertido en el rey de los aperitivos. Tiene especial relevancia en la dieta vegetariana por ser muy rico en proteínas, pero también posee un alto contenido en magnesio, muy bueno para los músculos y la memoria.
Las avellanas son una buena fuente de folatos y de ácidos grasos monoinsaturados (como el aceite de oliva). Y los pistachos, finalmente, suponen una buena combinación de proteínas y fibras, pero es muy raro encontrarlos frescos. Casi siempre están fritos y salados, lo que les hace perder cualquier interés.
Todos los frutos secos pueden consumirse sin remordimientos a excepción del cacahuete, cualquier fruto seco es bueno para la salud. Mientras los coma sin salar, freír ni caramelizar, son de los mejores alimentos que puede encontrar. Además, tienen un potente efecto saciante; es decir, que cortan el apetito rápidamente.
A pesar de ello a algunas personas sigue preocupándoles su riqueza en grasas, ante lo que me veo en la obligación de recordar que las grasas que contienen los frutos secos son grasas buenas; es decir, beneficiosas para la salud.
Las almendras incluso se recomiendan en algunos regímenes específicos de adelgazamiento, ¡y aparentemente con muy buenos resultados!
Es por tanto un excelente snack que comer a media mañana o media tarde, mejor que las patatas fritas o cualquier dulce. E incluso al final de la comida, cuando todavía se tiene algo de hambre.
Pero, por favor, entiéndame bien: es muy saludable comerse un puñado de frutos secos en el marco de una vida activa. Eso no quiere decir que tenga carta blanca para cebarse a diario con ellos delante de la televisión… De hecho, ¡no conozco ni un solo alimento recomendado para eso!
(c)Luis Miguel Oliveiras. Tener Salud.